Extraño caso:
“Me
asustaron por el Facebook”
Un joven universitario, asegura que un extraño
contacto en su cuenta de Facebook lo molestó varios meses, al punto de
generarle pánico y malestar.
Al protagonista de esta crónica se le
llamará Alexander, para preservar su identidad.
Alexander
es un joven de 23 años, oriundo de Villavicencio, pero residente en Yopal,
desde el año 2007.
Cuenta
que siempre había tenido gran afición por la Internet y se consideraba un
usuario compulsivo de las redes sociales.
Sin
embargo, en la época de estudiante de bachillerato, disfrutaba más de esta
afición, pues la única ocupación que tenía era ir al colegio.
Luego
como estudiante universitario su tiempo fue más limitado, porque además de
asistir a clases, también debía trabajar, para ayudar con sus gastos
personales.
“En
realidad cuando entré a la universidad me quedaba muy poco para abrir mi ‘messenger’
o mi cuenta en Facebook. Solo lo hacía por las noches, cuando terminaba mi
jornada educativa, sobre las diez u once de la noche y me conectaba hasta la
una u dos de la mañana”, indicó Alexander.
Cuenta
que un viernes por la noche, mientras se comunicaba en su cuanta de Facebook
con unos contactos, le llegó una nueva invitación.
“Cuando
vi que me llegó la invitación de un nuevo contacto, me puse a observar y me di
cuenta, que era una persona de otro país, creo que era de Bangladesh o algo
así, porque el nombre de ese país solo lo pude leer esa noche, después
desapareció”, dijo el joven.
Agregó
que el nombre del contacto era Nher Tareq y que nunca pudo identificar si se
trataba de un hombre o una mujer, sin embargo aceptó la solicitud.
Según
Alexander, al entrar al álbum de su nuevo amigo o amiga, solo encontró cinco
fotos; Una que era la del perfil, representaba un cuadro al óleo, donde se
podía ver un bonito paisaje.
En
la foto se apreciaba claramente la puesta del sol, con unas nubes azules y
doradas, adornadas por las siluetas de unas aves que volaban a través del fondo del paisaje, sobre una sabana de color verde claro.
Otra
foto era la de unas bailarinas de corte oriental, danzando en un salón de
fiesta. La tercera foto era la de una escultura más parecida a las de la
cultura egipcia.
La
cuarta era la de una niña con su rostro lleno de ulceraciones. Y la última, era
foto la de una mujer tirada en un lodazal, indefensa y con rastros de sangre en
su rostro.
“Esa
noche acepté mi nuevo contacto, revisé las fotos y sin darle mayor importancia,
me desconecté”, contó Alexander.
“A
la noche siguiente, ya ni me acordaba de mi nuevo contacto. Sin embargo, me
sorprendí mucho cuando vi que me
escribió algo en un idioma todo raro. Después por el traductor Google, me di
cuenta que él o ella me estaba escribiendo en árabe”, agregó.
Contó
Alexander que inmediatamente, llevó esas palabras y las copió en el traductor y
se dio cuenta que su nuevo amigo o amiga le decía “Buenas noches, como estas”.
Dijo
que su contacto le siguió escribiendo, pero él tuvo pereza de ir nuevamente al traductor de Google y no le puso
atención, a la charla que su contacto le proponía.
Extrañado
vio cómo su nuevo amigo le escribía con
tanta agilidad, mientras él asombrado,
solo miraba la forma tan rápida como iban apareciendo las palabras en su chat.
Esa
noche se dio cuenta que su amigo ya no
tenía en su cuenta el nombre del país que había leído la noche anterior y
tampoco vio a ningún otro contacto en su
lista de amigos.
Al
día siguiente, ocurrió exactamente lo mismo, su contacto escribía sin parar y
él no le daba importancia.
Alexander
estaba revisando unas fotos de otros contactos, cuando vio que una extraña
sombra se apoderó de la pantalla de su computador y se reflejó según su
cálculo durante un segundo
aproximadamente.
Asombrado
se dio cuenta, que era la foto del paisaje que su nuevo contacto tenía de perfil, pero esta vez
la pintura no tenía color.
“Al
ver que ese paisaje se reflejó en la pantalla de mi computador, sentí miedo y
me desconecté”, narró el joven.
Al
día siguiente le contó a dos de sus amigos de la universidad lo que le estaba
ocurriendo.
Esa
noche después de estudiar, se volvió a conectar y también lo hicieron sus dos
amigos, con los cuales había tenido la charla en la universidad, pero
extrañamente, sus compañeros no veían entre su grupo de agregados, el extraño
contacto.
Mientras
que Alexander hablaba con sus compañeros a través del chat, una nueva foto se reflejó en la
pantalla de su computador. Esta vez era la foto
de la escultura que aparecía, en el álbum de su extraño contacto.
La
foto se reflejó igualmente por un lapso de un segundo aproximadamente y se
desvaneció.
Extrañado
por lo que estaba viviendo con su nuevo agregado, optó por bloquearlo de su
lista de contactos.
Al
día siguiente se conectó después de almorzar y su sorpresa fue grande, cuando vio
que el contacto, aún estaba en su lista de amigos.
Lo
curioso era que esa persona no dejaba de escribir y lo hacía con una velocidad
impresionante.
Preocupado
por lo que le estaba ocurriendo, Alexander no volvió a conectarse en su cuenta
de Facebook.
Tiempo
después, el joven abrió una cuenta nueva y quiso actualizarla con las fotos y
el grupo de amigos que tenía en la cuenta anterior.
Para
su sorpresa, un día mientras se conectaba a su nueva cuenta, vio que el extraño
contacto, también estaba en el listado, sin él haberlo invitado o agregado.
Lo
curioso era que este personaje, le seguía escribiendo sin parar y de manera
rápida.
Alexander
quiso copiar unas de estas palabras que el contacto le escribía, pero
curiosamente el traductor Google no le permitía traducir nada.
“Ya
estaba cansado de esa situación y por eso decidí no abrir la segunda cuenta por
un tiempo”.
“El
lunes siguiente a la Semana Santa, volví y abrí el Facebook y noté que el
contacto ya no estaba activo. Ya no estaba el nombre Nher Tareq, ni aparecía la
bandeja del chat de esta persona. Solo estaba la foto del perfil y las cinco
fotos del álbum”, indicó Alexander, al explicar que nunca supo quién era su contacto y en realidad que
quería de él.
La
señora Angélica Pedrosa, madre de Alexander, argumentó que su hijo estaba
siendo asediado por un demonio, presente en la Internet.
La
madre del joven dijo que su hijo era un cibernauta compulsivo y que debido a esa
afición, los demonios estaban apoderándose de la mente de él.
Contó
la señora Angélica, que en muchas oportunidades Alexander se sentaba a las ocho
de la noche frente a su computador y se desconectaba hasta la mañana siguiente,
tipo cinco o seis, hablando con sus
contactos por Messenger y Facebook.
Esta fue la foto que el contacto Nher Tareq, utilizó en su perfil.
La segunda foto que el contacto de Alexander, tenía en su álbum.
La tercera foto, del álbum de Nher Tareq.
La cuarta foto era el rostro de una mujer ensangrentada.
Una mujer en el lodo, era la quinta foto del álbum.
No hay comentarios:
Publicar un comentario